Antes de entrar de lleno en los Juegos Olímpicos en Roma, hay que prestar atención a su comparación con Grecia. En primer lugar contamos con el testimonio de algunos oradores, poetas o
historiadores de época imperial así como vestigios arqueológicos en los
restos de las instalaciones deportivas u otros vestigios artísticos dentro del
campo de la escultura, pintura y cerámica nos han acercado al conocimiento
sobre la vida deportiva romana. Este hecho es muy distinto a lo estudiado sobre
el deporte griego, donde las descripciones y divagaciones sobre el deporte y su
forma de concebirlo son amplias.
Sin embargo, si en Grecia el deporte estaba considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre, una actividad agonística en si misma para la propia superación de creación humana, en Roma el deporte se aleja de este sentido humanista acercándose a otro diametralmente opuesto. De hecho, en la urbs el deporte será un elemento entendido sobre todo como una diversión social, concibiéndolo como espectáculo público por y para el Estado. Será un elemento que se utiliza para manipular a las masas y donde la competición entendida como triunfo externo y la especialización materialista del deporte se imponen. En esta línea, como se apunta en el libro Pensament Mític. Pensament Científic (pág. 66): "els polítics i els emperadors van usar els jocs per a guanyar-se el favor del poble, incrementant l'extravagància dels jocs, que al final van perdre el seu primer sentit i propòsit religiós. Es feu cèlebre la frase: Panem et circenses!".
Sin embargo, si en Grecia el deporte estaba considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre, una actividad agonística en si misma para la propia superación de creación humana, en Roma el deporte se aleja de este sentido humanista acercándose a otro diametralmente opuesto. De hecho, en la urbs el deporte será un elemento entendido sobre todo como una diversión social, concibiéndolo como espectáculo público por y para el Estado. Será un elemento que se utiliza para manipular a las masas y donde la competición entendida como triunfo externo y la especialización materialista del deporte se imponen. En esta línea, como se apunta en el libro Pensament Mític. Pensament Científic (pág. 66): "els polítics i els emperadors van usar els jocs per a guanyar-se el favor del poble, incrementant l'extravagància dels jocs, que al final van perdre el seu primer sentit i propòsit religiós. Es feu cèlebre la frase: Panem et circenses!".
Como hemos visto en la anterior entrada, el atleta griego es un hombre
libre que busca la perfección moral, mientras el deportista romano es
mayoritariamente mercenario, esclavo o reo de muerte. De igual modo, las normas deportivas en Grecia
estaban reguladas, mientras que en Roma no existe ningún afán por respetar las
normas. Asimismo, el fundamento del deporte griego
va a ser el atletismo puro, mientras que el fundamento del deporte romano será
la equitación en el circo y los combates de gladiadores en el anfiteatro. Este sentido manipulador,
competitivo, especulativo y especialista del deporte en Roma se va a
incrementar conforme avanza la propia historia del imperio, llegando a
degenerar en espectáculos y formas de diversión carentes de todo sentido ético
y que no hace sino reflejar el nivel moral de la sociedad romana. El deporte romano no hará sino
reflejar la concepción general de la cultura romana, utilitaria y pragmática y
que a pesar de haberse inspirado en las normas griegas, ha forjado las suyas
propias transmitiéndolas a occidente y conformando las bases o principios de
nuestra cultura.
El deporte romano se fue
imponiendo sobre todo el ámbito cultural mediterráneo y se impuso al griego una
vez que este es asimilado por Roma, quedando así reflejado en el
profesionalismo alcanzado durante la última etapa olímpica. La expansión de las
formas deportivas romanas por el mediterráneo fue entendida por muchos
emperadores como un medio para conseguir la pacificación y la romanización de
éste. Siguiendo a Suetonio en su
biografía, donde recogía todo lo que tenía relación con los juegos y
espectáculos, y en sus tres libros sobre los juegos “La ludicra historia”,
textos que recogen un catálogo sobre los espectáculos y juegos públicos entre
los romanos, el origen de los juegos romanos estarían en los Ludi, pueblo
procedente de Asia que se asienta en la región de Etruria y donde establecen
los espectáculos con motivos religiosos.
En este sentido, cobraba gran importancia el escenario, que era el Circo Romano, una de las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas. Junto con el teatro y el anfiteatro forma la trilogía de grandes instalaciones destinadas a divertir al pueblo. Inspirado en los hipódromos y estadios griegos, pero de medidas mucho mayores que estos, el circo romano destinado a carreras, espectáculos y representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio.
Se trata de un recinto
alargado con remates circulares en los extremos, teniendo globalmente una forma
oval, más o menos alargada. En el centro, rodeada de gradas generalmente de
piedra, estaba la arena, muy alargada y partida en dos por la espina , un muro
bajo y aislado coronado de obeliscos, estatuas y otros ornamentos semejantes.
La espina formaba sobre la arena dos calles por donde corrían las cuádrigas. En
cada uno de los extremos de la espina había un pilar cónico denominado meta.
Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de
delfines.
En Italia es famoso el Circo Máximo de Roma, que se construyó en el periodo
Imperial y fue remodelado por varios emperadores. Estuvo en funcionamiento
hasta la toma de la ciudad por los bárbaros. Una vez abandonado el edificio
fue utilizado como cantera, pudiéndose apreciar la grandiosidad del edificio
observando la monumentalidad de sus ruinas. En la espina tenía dos obeliscos,
que hoy se encuentran uno en la Plaza del Pópolo y el otro en San Juan de
Letrán.
También es conocido el Estadio de Domiciano en Roma que más que un circo
es un estadio muy similar a los griegos. En la actualidad el monumento ha
quedado bajo el subsuelo de la actual, Plaza Navona y pueden observarse algunos
restos bajo uno de los edificios colindantes.
Por su parte, en lo que se refiere a España se
pueden visitar, aunque de manera parcial los Circos Romanos de Mérida, Tarraco, Calahorra, Toledo, Segóbriga o también de Alambra.
Por otra parte, también eran muy famosos los Espectáculos de Gladiadores. Estos espectáculos eran parte
integral de la sociedad romana. Se llevaban a cabo en los anfiteatros, y el
primero de los cuales que fue permanente se construyó en Roma en el año 29 a.
de C. Los anfiteatros no se limitaron a la ciudad de Roma, sino que se construyeron por todo el imperio. Diferían mucho en tamaño y, sobre todo, en capacidad, pues variaba de unos miles hasta decenas de miles. Se pusieron en juego considerables recursos e ingenio en su construcción, sobre todo en dispositivos relacionados con el traslado eficiente de las bestia a la arena.
En la mayor parte de las ciudades y de las villas los anfiteatros llegaron a ser los edificios más imponentes, rivalizando sólo con los circos para carreras y los baños públicos, siendo el emplazamiento principal para los juegos de gladiadores, constituyendo este tipo de matanzas públicas un elemento primordial de la cultura romana. Quizá el más famoso fue el
anfiteatro flaviano conocido como el Coliseo, construido en Roma bajo el
gobierno de Vespasiano y su hijo Tito, y cuya capacidad era de 50 000
espectadores.
Los juegos de gladiadores se
llevaban a cabo desde el amanecer hasta el anochecer. Sus principales
atracciones eran los combates muerte entre luchadores entrenados. La mayoría de
gladiadores eran esclavos o criminales condenados, aunque algunos hombres
participaban voluntariamente con la esperanza de obtener popularidad y el
patrocinio de ricos partidarios. Recibían entrenamiento para el combate en
escuelas especiales de gladiadores. Los juegos de gladiadores
incluían igualmente otra forma de diversión: criminales de todas las edades y
de uno u otro sexo eran lanzados a la arena sin armas a enfrentar una muerte
inevitable por animales salvajes capaces de hacerlos pedazos.
También se llevaban a cabo
distintos retos entre animales, peleas entre distintas bestias salvajes (búfalos contra osos…). Los gladiadores también luchaban en la arena contra
toros, tigres y leones y según se recoge, se llegaron a matar cinco mil bestias
en un solo día de juegos, en el año 80 d. de C., cuando el emperador Tito
inauguró el Coliseo.
Pero las luchas de gladiadores también sirvieron a un
propósito que iba más allá del entretenimiento, cumplían con una función tanto
social como política: los juegos servían para distraer a las masas de cualquier
descontento político. Se dice que el emperador Trajano comprendía que, aunque
la distribución de grano y de dinero satisfacía al individuo, los espectáculos
resultaban necesarios para “complacer a las masas”, un poco en relación con la expresión mencionada antes: Panem et circenses!
Vídeo sobre los deportes en Roma:
Actividades:
1) Prácticamente todos hemos visto las películas de Ben-Hur y Gladiator. ¿En qué recinto deportivo romano luchaba el primero y en cuál el segundo? ¿Qué otro tipo de competiciones se hacían en esos lugares?
2) ¿Existía alguna forma de que un gladiador pudiera quedar libre? ¿Cuál?
3) A continuación te presentamos un óleo (1872) del pintor francés Jean-Léon Gérôme. Busca el título del cuadro y averigua por qué es erróneo el mito según el cual se perdonaba la vida con el pulgar hacia arriba y se debía matar si el pulgar apuntaba abajo.
4) Para reflexionar. La expresión Panem et circenses! expresa perfectamente cómo se trataba de mantener alienado al pueblo de los verdaderos problemas del Imperio. ¿Crees que en la sociedad actual existe también algo parecido al "¡Pan y Circo!"? (Quizá la siguiente imagen te pueda servir de inspiración).
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